Los rasgos diferenciales de las competencias fundamentales serían los siguientes: constituye
un “saber hacer” complejo y adaptativo, esto es, un saber que se aplica no de forma
mecánica sino refl exiva, es susceptible de adecuarse a una diversidad de contextos y tiene
un carácter integrador, abarcando conocimientos, procedimientos emociones, valores y
actitudes, que evolucionan a lo largo de la vida. Además, para que una competencia
pueda ser seleccionada como clave o básica, DeSeCo considera que debería cumplir tres
condiciones: contribuir a obtener resultados de alto valor personal o social, poder aplicarse
a un amplio abanico de contextos y ámbitos relevantes y permitir a las personas que la
adquieren superar con éxito exigencias complejas. Es decir, las competencias son básicas
o clave cuando resultan valiosas para la totalidad de la población, independientemente del
sexo, la condición social y cultural y el entorno familiar, y se pueden aplicar a múltiples
contextos.
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